Aprovecharé este espacio para contar un poco sobre como he llegado a reconocerlo como hermano, cosa que ha sido muy rara, pues en mi edad temprana no entendía como funcionaban las familias; mi hermano era esa persona que vivía en la capital y que rara vez volvía a casa, pero cuando volvía siempre creía que era «el hermano de mi hermana», pero para mí no tenía sentido que fuera mi hermano, pues siempre consideraba la familia como un vínculo que se crea al estar cerca y cuando él iba a casa era poco cercano a mí. Con el tiempo aprendí que la familia igual era algo como «linaje de sangre», pero bien con el tiempo vivimos en la misma casa, compartimos momentos y ahora lo quiero mucho. Fin.